Es un combate de tu cabeza y tus piernas contras tus pies y sus ampollas.
Con paciencia y un poco de sufrimiento, todo es posible.
El camino es posible.
Salida el día 13 hacia Pamplona y posteriormente hacia Roncesvalles.
Después de dormir en un albergue sin ventanas, se inicia una marcha de cinco horas hasta Zubiri.
En Zubiri a dormir en una pensión (Goikoa) y tempranito a andar hasta Pamplona.
Un camino diferente, más accesible, que te lleva fácil a la meta pese a la lluvia.
Muchos kilómetros pero aun llegando justito a Pamplona me dío tiempo para darme un paseo por el centro.
De Pamplona a Puentelareina, ni una foto, ni un recuerdo.
Agotado, caminando con mucho dolor en los pies.
No comí ni cené. No recuerdo ni el nombre del hostal.
Muy mal. Destrozado de ánimo porque te das cuenta que las ampollas impiden que tuspies reacciones a las órdenes que le handan desde el cerebro (esa sensación de piedras y de agujas en la planta del pie).
Al día siguiente, autobús a Estella y de áhí a Logroño.
De la estación de autobuses al hotel más de 40 minutos (1 kilómetro). Imposible andar.
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